domingo, 8 de mayo de 2011
El fin de Merlín
Diosa triple
Las Nieblas de Avalón
Esta escritora nos muestra el firme carácter de Viviana, suma sacerdotisa de Avalón y Dama del Lago, que hará cuanto este en sus manos por formar un rey que sea fiel a las viejas tradiciones celtas sin despegarse del cristianismo imperante en esa época, y de Morgana, medio hermana del rey, de carácter muy fuerte y muy decidida, que no duda en manipular a los demás para lograr sus metas.
La novela fue adaptada a la pantalla chica en una mini serie de ocho episodios transmitida en el 2001. La entrega fue dirigida por Uli Edel para la cadena TNT y fue protagonizada por Anjelica Huston como Viviana, Julianna Margulies como Morgana, Freddie Highmore como el joven Arthur y Edward Atterton como el rey adulto.
La adaptación fue nominada para el Emmy como mejor miniserie y Joan Ellen (Morgause) y Anjelica Huston (Viviana) como mejores actrices en un rol secundario en miniserie o película, la segunda también fue nominada para un SAG award y Julianna Margulies (Morgana) para un Golden Globe.
sábado, 7 de mayo de 2011
Excalibur, La espada de la leyenda.
Todo caballero necesita una espada... pero, ¿qué pasa si es la espada la que escoge a su dueño? Esto fue exactamente lo que pasó con la cantarina Excalibur, la que rompe el acero. Pero, ¿Cómo llegó a manos de Arturo?.
Mucho se ha escrito sobre el origen de la que rompe el acero, pero hay dos versiones que destacan de todas estas. La primera habla de Excalibur como la espada sacada de la piedra por Arturo, y la segunda, como la espada confiada al joven rey por la Dama del Lago. Un vistazo por ambas versiones nos hará dar cuenta de por qué es la segunda la más aceptada actualmente dentro de la literatura.
Excalibur como la espada de la piedra.
El Rey Uther Pendragon durante la fiesta de Pentecostés se enamoró perdidamente de Igraine, nacida en Avalon y amada esposa del duque de Tintagel, Gorlois. Durante esa fiesta, el rey pidió a la mujer dormir con él, cosa que ella rechazó, pues amaba a su esposo. La mujer, escandalizada, acudió a su esposo de inmediato y le pidió que regresaran a su castillo pues el rey le estaba pidiendo cosas indecorosas. El duque aceptó de buena gana, y se retiraron en cuanto la etiqueta se los permitió.
Uther, decepcionado, habló con el mago Merlín, cuyas artes mágicas superaban las de cualquier otro, y le explicó su situación. Este aceptó a ayudar al rey a yacer con la esposa del duque con una sola condición:
“La primera noche que poseas a Igraine, ella quedará en estado; cuando ese niño nazca deberás entregármelo para que yo lo críe y cuide de él”.
Dicho y hecho, aquella misma noche el rey, haciéndose pasar por el duque -que había perecido en batalla unas horas antes- gracias a las artes mágicas de Merlín, fue al castillo e Igraine, pensando que era su marido, yació con él. Posteriormente, el rey desposó a la viuda de Gorlois
Nueve lunas pasaron antes de que la nueva Reina diera a luz a un varón al que, la misma mañana de su alumbramiento, sería entregado a Merlín disfrazado de anciano.
Los años pasaron tranquilos para el pequeño Arturo, viviendo en casa de un fiel y humilde caballero, Héctor, su esposa y Kay, quién sería su hermano de leche. Merlín actuaba como su tutor, enseñándole todo lo que un futuro rey debería saber, inclusive un poquito de su magia.
Pero el final de la era de Uther Pendragón debió llegar a su fin. Y Merlín, cumpliendo su deber, enterró una espada poderosísima en un yunque de acero sobre una roca y la acomodó en el centro de la catedral de St. Paul. Quién pudiera sacar la espada de su lecho, sería el legítimo rey de Inglaterra.
Camino a las justas, Kay se fijó que no traía su espada y Arturo, como su escudero, fue el encargado de ir a buscarla a la posada. Lamentablemente estaba cerrada, pero el pequeño, sin querer dejar a su hermano sin participar de las competencias decidió ir a buscar la espada que había en la catedral para él. La empuñó con firmeza y al levantarla, la hoja se deslizó suavemente fuera de su prisión. El niño, entonces, corrió a entregar la espada a su hermano quién, al notar la espada que llevaba el niño, enseguida se postró a sus pies, al igual que el noble Héctor.
Hasta acá, ambas versiones son idénticas, (al igual que en la última parte, donde la espada desaparece) pero ojo, que para la primera versión, esta es la legendaria Excalibur, que, sin embargo no es la misma que en la segunda.
Excalibur como la espada entregada a Arturo por Niniana
Habiendo pasado años de paz y guerra, Arturo reunió un grupo de sus caballeros más fieles para dar una fiesta. Hacia el término de esta, un caballero en su cabalgadura ingresó al castillo, con el cuerpo de Sir Miles anunciando la presencia de un caballero negro que bloqueaba la entrada del Bosque Siempre Verde. Se apresuró entonces Guifelet, escudero de Kay a pedirle al rey que lo nombrara caballero para vengar la muerte del hombre. El, luego de oírlo, lo consintió y, poniendo su espada en el hombre del muchacho, lo nombró caballero y le dio su primera misión.
Sin embargo el joven volvió poco tiempo después inconciente y fue atendido por Merlín hasta que estuvo mejor. Pero el rey no podía dejar las cosas así, se escapó del castillo y fue a cobrar venganza con su propia mano.
Tres veces cruzaron lanzas, en prescencia de Merlín, y solamente la última el caballero verde fue capaz de botar al rey y a su caballo. Este, indignado, le solicitó medirse en espadas, a lo que el caballero no pudo negarse. Tras una ardua lucha, el Caballero Negro rompió la espada del rey casi desde su empuñadura, marcándolo como vencedor. Finalmente, Arturo no venció al caballero y Merlín, evitando que este matara al rey, lo durmió.
El rey no podía quedar sin espada, de modo que cabalgaron Arturo y Merlín hacia un lago, donde reinaba el hada Niniana, aprendiz de Merlín. Subieron a una pequeña barca hasta llegar al centro del lago, desde donde un brazo surgió, sosteniendo una espada con su vaina. En el filo rezaba: “Excalibur”
Es interesante la desaparición de la espada, pues en esta, ambas versiones vuelven a coincidir.
Tras la batalla de Camlann, en la que Arturo asesinó al joven Mordret, y este hirió de muerte al rey, Arturo fue llevado a las orillas de un río por Bediviere. Ahí, apoyado en un roble, el portador de la cantarina, pidió a su fiel caballero que arrojara su espada en un lago cercano. Tomó entonces la espada el noble caballero y siguió las instrucciones de su rey, viendo como, antes de tocar la superficie, un brazo cubierto de seda blanca tomó la empuñadura de la espada, con el filo mirando al cielo, la blandió tres veces y se hundió con el acero, llevándola al interior del castillo de la Dama del Lago.
Como podemos ver, el final de la espada hace más sentido junto a la segunda versión, y no junto a la primera, ya que simboliza el fin del ciclo del reinado de Arturo, pues luego de despedir a Excalibur, este fue llevado a Avalon, para ser curado de sus heridas.
Fate/Stay Night es una serie anime y videojuego que, como historia secundaria, cuenta la vida de un Rey Arturo muy especial: Como Rey Arturia, una mujer guerrera. Aquí aparece en sus momentos finales, pidiendo a Bediviere lanzar su espada al lago.
viernes, 6 de mayo de 2011
Arturo, realidad y fantasía
Mucho se ha escrito sobre el legendario rey bretón pero, ¿Existió realmente un rey como Arturo? ¿Hay algo real en su leyenda?. Pese a que no podemos responder con certeza la primera, sí podemos afirmar la segunda.
Antes de comenzar a situarnos históricamente, mencionaremos la historicidad del Rey. Este está basado en un caudillo guerrero Bretón con raíces celtas que vivió hacia fines del siglo V e inicios del VI.
En el siglo V d.C, el Imperio Romano abandona la isla de Britania, -colonizada por ellos alrededor del año 43 d.C.- debido a las amenazas de los hunos en el imperio romano de oriente y las presiones de los pueblos bárbaros (jutos, anglos y sajones) en el de occidente, eso sumado a las escasas tierras productivas en la isla y la resistencia de los pueblos autóctonos (que pese a todo nunca aceptaron la colonización), dejando a los pueblos celtas desprotegidos contra los bárbaros.
Al disminuir en número, las tribus celtas sobrevivientes se reunieron todas en las regiones de Cornwalls y la desembocadura del Clydach bajo el nombre de cymry (hermano). Sin embargo, las tribus (no celtas) que habitaban esas mismas zonas, incómodos por su presencia, comenzaron una guerra contra ellos que duró cerca de un siglo y que fue especialmente feroz en el sudoeste, donde los brythons habían establecido el Reino de Wessex. Es en el fin de esta guerra que surge un importante líder guerrero, un dux bellorum(duque de guerra) llamado Arthur, posible descendiente de romanos o un celta romanizado, que les entrega la victoria a los brythons y consolida el reino de Wessex. Posteriormente, bajo su liderazgo al menos en batalla, los brythons pudieron recuperar gran partes de sus tierras de los bárbaros. Este Arthur, es el que daría las bases históricas del legendario rey según las teorías manejadas en este momento.
Sin embargo, no es mucho más lo que se puede rastrear de este duque de guerra, debido, en primer lugar, a la poca información que hay de la isla de Gran Bretaña entre los siglos V a VII d.C. Y es justamente a finales del siglo V y el VI que se desarrolla el mito Artúrico. En segundo lugar, los Celtas conservaban su cultura mediante tradición oral, siendo los únicos informantes de estas tribus sacerdotes cristianos y personajes importantes de la historia Romana. Haciendo menos confiables sus testimonios.
Pese a que la localización de Camelot y el reinado de Arthur no se han podido establecer, si hay algunas pistas y algunos descubrimientos arqueológicos que nos acercan un poco más a aquella época, por ejemplo, el reciente descubrimiento de la “mesa redonda”.
En Julio de 2010, historiadores y arqueólogos anunciaron el descubrimiento de la tabla redonda en la que el mítico rey se reuniera con sus caballeros. No era una mesa como todos pensamos sino un anfiteatro redondo con una capacidad para unas mil personas emplazado de forma subterránea en la región de Chester, en Inglaterra. La gracia de que el sitio tuviera esa forma geométrica es porque en un círculo no hay cabecera, y en la corte de Arturo, ningún caballero era más o menos importante que el otro. Pese a que él era el rey, todos sus caballeros poseían la misma importancia y eran honrados de la misma forma.
A continuación, un video tráiler de un documental del canal History Channel que habla de la hazaña:
Sin embargo, algunos escritores medievales nos dejan indicios sobre el rey. Y es precisamente aquí donde la historia comienza a mezclarse con la fantasía, ¿o no?.
Partamos, entonces, conociendo a Taliesín, un bardo que recorrió la isla cantando su crónica guerrera “La historia de Kylhwich y Olwen” respondiendo a su inquietud de hacer conocidas las hazañas del nuevo rey, y el poema “Y Gododdin” atribuído a Aneirin, en el cual hablaba sobre la cruenta batalla de los guerreros bretones de Gododdin contra los anglos de Dernia y Bernicia, en el cual también aparece una pequeña referencia a Arturo.
Pese a la antigüedad de los hechos relatados, el manuscrito encontrado y por el que se conoce el poema “Y Gododdin” ha sido datado en el siglo XIII, está escrito en Galés medio y Galés antiguo y se cree que fue escrito por dos escribas. De este manuscrito se han perdido las tres últimas páginas y por tanto es probable que no lo conozcamos por completo.
La siguiente reseña al legendario rey fue encontrado en la “Historia Brittonum” del monje galés Nennius, escrito en el siglo IX. En él, el clérigo menciona en más de un capítulo a Arturo como un “dux bellorum” o caudillo de guerra britano vencedor de numerosas batallas libradas en el siglo VI y lo enlaza por primera vez con la batalla contra los sajones del “Mons Bononicus” (Monte Badón).
Posteriormente, en “Annales Cambriae” vuelve a mencionarse la batalla del Monte Badón, situándola en el año 516 y la batalla de 537 en Camlann donde Arturo moriría al enfrentarse a Medraut, o Mordret, a quién lastimara también fatalmente.
Sin embargo no es hasta la “Historia Regum Britanniae”, escrita por Godofredo de Monmouth entre 1130 y 1136, que el Rey Arturo surge tal y como lo conocemos hoy. El monje galés, aparte de la recién mencionada obra, también escribió “Vita Merlini” y “Prophetiae Merlini”, enlazando al mago Merlín (Myrddin) a la leyenda del rey.
De todas las obras escritas sobre esta leyenda, ninguna es tan importante como la “Historia Regum Britanniae” ya que fue esta la que fundó las bases del ciclo artúrico tal y como lo conocemos hoy, pero la historia no se ha quedado hasta ahí, la próxima obra que analizaré será “La Mort d’Arthur” de Thomas Malory, pese a que éste tomó la “Historia de los Reyes de Britania” de Monmouth, incluyó también innumerables elementos mágicos en la leyenda, siendo, hasta el momento, la obra más conocida y exitosa de todas las que existen sobre este tema y en la que se termina de configurar la base del Mito Artúrico.
Como vemos, hay realidad en el mito artúrico, pero hay una línea tan fina que la separa de la fantasía que es casi imposible separarlo. La realidad nos da suficiente pie como para seguir soñando con las hadas y las espadas de esta fantástica época y la fantasía, la longitud de las alas con las que podemos ver el ayer, inundado de la fe de un pueblo que encontró su forma particular de sobrevivir al tiempo, mediante una de las leyendas más hermosas y complejas del mundo.